
La silla Chandigarh, conocida también como «silla de teca» o «silla de oficina», es una obra maestra del diseño moderno creada en la década de 1950 por el arquitecto suizo Pierre Jeanneret. Este mueble surgió como parte del ambicioso proyecto urbanístico de Chandigarh, una ciudad planificada en India por Le Corbusier, primo y colaborador de Jeanneret. Encargado de diseñar el mobiliario para los edificios gubernamentales, Jeanneret creó esta silla como un símbolo de la unión entre el modernismo europeo y la artesanía tradicional india, adaptándose a las necesidades locales y al clima cálido de la región.
Fabricada en teca, una madera resistente y abundante en el Punjab, la silla incorpora ratán trenzado en el asiento y el respaldo, lo que garantiza ventilación y comodidad. Su diseño es minimalista pero funcional: las patas traseras forman una «V» invertida que aporta estabilidad, mientras los brazos curvados ofrecen ergonomía y un toque estilizado. Esta simplicidad geométrica, combinada con materiales naturales, refleja los principios del movimiento moderno, pero con un carácter único que respeta la identidad local.
Inicialmente producida en masa para equipar oficinas y espacios públicos, la silla fue subestimada durante décadas, llegando incluso a ser descartada o vendida como chatarra. Sin embargo, en las últimas décadas, su valor ha resurgido espectacularmente. Hoy, los mejores interioristas del mundo la consideran un tesoro del diseño, integrándola en proyectos de lujo por su versatilidad y estética atemporal. Coleccionistas pagan sumas exorbitantes en subastas internacionales, donde piezas restauradas o con pátina original alcanzan precios récord.
La silla Chandigarh trasciende su función original para convertirse en un ícono cultural y sostenible. Su legado perdura como testimonio de la colaboración entre culturas y la genialidad de Jeanneret, quien supo crear belleza perdurable desde la simplicidad.